AL
REZAR ABRIMOS UNA VENTANA…
“Señor,
enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”. Entonces Jesús les dijo:
“Cuando oren, digan:
„Padre,
santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y
perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel
que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación‟ ”. (San Lucas. 11, 1-13 )
“Erase una vez un joven que sin saber muy bien por
qué empezó a replantear cuestiones que
hasta ese día había tenido muy claras. Su fe se tambaleaba.
Una mañana se decidió, hablaría con el párroco:
¿Qué puedo hacer? Le preguntó.
Rezar. Fue su respuesta.”
A través de la oración abrimos una ventana desde
la cual podemos mirar la vida sin miedos
ni ataduras, con la libertad que solo Dios puede dar.
Pienso muchas veces que Jesús pudo morir de mil
formas diferentes pero que al hacerlo en la Cruz Sus brazos están extendidos para abarcarnos a
todos . Todos cabemos en Él pues SU AMOR es infinito.
Quiero terminar con unas palabras maravillosas
de San Pablo a los Filipenses:
“…No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus
peticiones a Dios mediante la oración y junten la acción de gracias a la súplica.
Y la paz de Dios, que es mayor de
lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en
Cristo Jesús.”
El que reza nunca pierde el tiempo, decía Benedicto XVI. Creo que es cierto.
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